10 de septiembre de 2014

La vieja escuela del CAR, más viva que nunca

   


Plantel superior. Año 2000 
   Quienes jugamos al rugby somos conscientes de que es un maravilloso deporte que cuenta con innumerables placeres al practicarlo. El tercer tiempo, la lealtad, los amigos que se forman y distintos tipos de valores que se aprenden mientras se juegan los partidos y que son llevados a cabo también en la vida cotidiana. A su vez, debemos reconocer que es un deporte que tiene cosas "no tan divertidas", como algunos golpes mas dolorosos que otros, los entrenamientos bajo el frío y/o la lluvia, entre otras cosas. La pregunta que surge es; ¿Se siguen aguantando ese tipo de cosas no tan divertidas a una determinada edad?". En esta nota que realizamos para el Blog del CAR, nos vamos a encargar de contestar esa y otras preguntas en un homenaje que realizamos a los jugadores más grandes que integran el plantel superior. 


Mauro, Danilo y Carmelo
   En comparación con otros clubes, el CAR es una institución relativamente joven con apenas 37 años de vida. Pocos años después de su fundación, empezaron a acercarse algunos jugadores que hasta el día de hoy, defienden con orgullo la camiseta que visten. Un caso es el de Mauro Bolesina, tercera línea de 35 años, que empezó a jugar en lo que hoy sería la M-14. Nos contó historias muy divertidas sobre las primeras épocas de él en el club: "Recuerdo desde juntarnos en la vieja sede del club hasta ir a comprar las camisetas a un local de pesca que ya no existe. Tengo grabado el olor a humedad de ese lugar", recordó. "La verdad es que no teníamos un lugar propio donde entrenar. Arranqué en el Parque Domínico, después en Arsenal y hasta en una plazoleta de Ramón Franco. Ahora eso parece una locura pero para nosotros era normal y la pasabamos muy bien", mencionó, expresando cierto tono de nostalgia. 



Gastón, hace apenas algunos partidos atras. 


   Los entrenamientos en la semana. Algo que, incluso a los mas jóvenes, algunos días les cuesta más que otros, ni que hablar los días que están cooptados por la lluvia, el barro y el frío. "Sinceramente no disfruto los días de frío y barro cuando hay que entrenar o jugar. Siempre he preferido jugar con sol, creo que se ve lo mejor de mi", nos comentó Gaston De Palma, segunda línea de 38 años. Otros como Danilo Della Latta, apertura de 35 años, con una fuerza de voluntad digna de envidiar reconoció: "Nunca tengo frío, el calor se sufre más. No me imagino dejar de entrenar por el frío". Napoleón Marquez, full back de 36 años, recordó que en su juventud salió de una cancha por el exceso de frío pero aclara que ahora esa situación cambió: "El frío con el tiempo se vuelve parte de uno. De jóven la pasaba muy mal con el frío. He salido de una cancha por tener frío. Ahora ya ni lo siento", admite.También están quienes no tienen en cuenta las condiciones climáticas, si no otros motivos. Carmelo Rodriguez, también apertura de 36 años, reconoce que cuando uno ya es padre, le cuesta irse de su casa. "La verdad que ahora cuesta mucho más, más cuando uno ya tiene hijos/as da cosa irse de casa, pero cuando estoy entrenando o jugando lo disfruto mucho"


Danilo, Gonzalo y Napoleón. 
   En la humilde opinión de este escritor del Blog, quizás uno de los rituales mas agradables que tenga este deporte, son las horas previas a los partidos cuando arranca el día y comienzan los preparativos para salir al club donde se dispute el encuentro. Aquí nos hemos topado con distintas maneras de vivirlo. Gonzalo Marmo, centro de 36 años, no coincide del todo con la postura tomada anteriormente: "Armo el bolso medio dormido porque me levanto tarde y salgo cagando para el club, lo vivo un poco mas la noche anterior y más si es un partido complicado", comparte en alusión a sus horas pre-partido. Gaston cuenta que lo vive como un día normal: "Desayuno liviano, leo el diario, escucho música, muchas veces dejo el bolso preparado porque no me gusta olvidarme de nada". Con otra manera muy distinta lo vive Mariano Aldana, tercera línea de 31 años que si bien no es de los mas grandes del plantel, hace mucho tiempo integra este equipo: "Me levanto con una felicidad absoluta difícil de describir, sabiendo que es 'el día' que te ganaste durante toda la semana golpeandote para estar en la cancha". 



   Hubo una pregunta general en la que todos coincidieron: los golpes a una determinada edad duelen más. No me transformaré en kinesiologo por hacer esa deducción pero si me sirvió para meterme en la intimidad de cada uno el día siguiente a cada partido. "Paso con hielo en ambas rodillas para poder recuperarme mas rápido pero generalmente lo paso con la familia en algún asadito", comenta Gastón. Mauro Bolesina reconoce que los domingos post-partido son distinto a como se vivían años atras: "En general me levanto temprano y aprovecho para pasarlo con la familia". Tampoco olvidemos que vivimos en un país futbolero. Carmelo reconoce que los domingos de fútbol, le gusta ir a la cancha. Otros disfrutan el rugby también los domingos: Eric Gava, segunda línea de 34 años, cuenta que sale a pasear con la familia o que va al club a ver a los juveniles. 

  
Mariano y Wally hace "algunos" años.


   Pero mas allá de toda historia que pueda haber detrás de cada jugador, es inevitable mencionar a Wally "Cogote" Aubone, que tiene 50 años y, además ser el mas grande en integrar las filas del plantel superior, participar en los partidos de pre-intermedia y ser quien nunca hace faltar las fotos de los partidos, pertenece al equipo de veteranos del club. "Con los veteranos encontré otro estilo de rugby, uno más distendido, más despreocupado, y al estar un poco más entrenado corro más o será que ellos corren menos", se agranda en comparación a sus compañeros de Veteranos. "No concibo mi vida sin el rugby, volví de grande ya que era un punto pendiente en mi vida", reconoce y finaliza diciendo "Hay Cogote para rato". 

   
Eric, Carmelo y Danilo


   Seguramente en la cabeza de cada jugador que lleva su largo recorrido en el club, cada tanto pase por sus pensamientos la pregunta "¿Y hasta cuando?". Algunos reconocen que ya piensan con frecuencia en el retiro, otros ni siquiera lo piensan y otros sienten que no pueden dejarlo ya que les cuesta mucho. "Sé que este es mi último año de rugby ya que estoy algo grande y también veo que hay chicos jóvenes que tienen condiciones para estar", afirmó Gastón. Danilo, por su parte, piensa de otra manera. "Nunca me puse eso en la cabeza, Seguiré jugando en la división que toque, en el lugar que me toque ser parte", sostuvo. Gonza Marmo dice: "Todos los días pienso en eso y creo que este es el último año, pero después se extraña y te dan ganas de volver".


   Mas allá de las experiencias personales que cada uno pueda atesorar durante sus años de rugby, algunos de los entrevistados ven con mucho entusiasmo la subida de jóvenes a plantel superior. Eric Gava comenta: "El aire fresco renueva las energías y la verdad que por los que estoy conociendo ahora, son todos excelentes personas. Siempre fui un tipo de hablar mucho con los mas chicos y dar consejos, lo hicieron conmigo y me encantó", mencionó. Napoleón siente algo parecido con un caso puntual de hace algunas semanas atras: "La otra vez me tocó jugar con Pedro Straschnoy y con Santi Laggiard y me sentí muy honrado de poder compartir una cancha con ellos. Los conozco desde muy chicos, Pedro no se si caminaba la primera vez que lo vi y que ahora este jugando en un equipo al lado mío me pone muy felíz". 


   Para finalizar, Danilo quiso compartir un mensaje para quienes en un futuro, ocupen un lugar en el plantel superior: "Conocí mucha gente hermosa que me dio el deporte. Como consejo diría a los mas chicos que hablen con jugadores de experiencia o con ex-jugadores. Se van a dar cuenta lo que significa para personas que ya tienen mas años en esto. Disfruten de todas las etapas. Abrazo a todos"



                                                                                                                            Por Lucas Sosa 



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